domingo, 1 de noviembre de 2020

Tradición Vs. Modernidad: La Educación Física en el siglo XXI


 “Quien tiene un abuelo/a tiene un tesoro” y no sabéis lo que añoro al mío. A mi abuelo paterno no tuve el placer ni la suerte de conocerlo, pero mi abuelo materno fue como un segundo padre para mí. Un confidente, un amigo, un guía y una inspiración. Es por eso que me encantaba escuchar de su boca historias sobre su juventud en su pueblo natal (Huertezuelas, Ciudad Real) y cómo jugaban día sí día también en la calle y monte entre olivares.

Yo, para lo bueno y lo malo, pertenezco ya a una generación que poco a poco fue abandonando el juego en la calle para trasladarlo al mundo virtual, con el auge y evolución de la tecnología de los videojuegos. La rayuela, el pilla pilla, los toros o incluso los partiditos de plaza y parque fueron paulatinamente quedando atrás para experimentar a través de la catarsis que provocan los videojuegos. Las meriendas en el parque sustituidas por la merienda en casa, recogiditos, de aquél quien tuviera el último juego que lo estaba petando para jugar por turnos o de forma cooperativa.

Pero, a pesar de todo y de esta “demonización” absurda, los videojuegos no tienen la culpa. O al menos no toda. De forma paralela también hemos asistido al auge de los clubes deportivos y del deporte formativo en nuestro país, “secuestrando” a tantos niños y niñas que no podía ser de otra manera las plazas y parques quedaran prácticamente vacías.

También podemos comentar el hecho de que poco a poco estos espacios han ido desapareciendo o prohibiendo la práctica de estos juegos inofensivos infantiles bajo el manto de la gentrificación o la complicada situación de la conciliación familiar en nuestro país, en la que padres y madres acaban por utilizar clubes y academias como “babysitter” de sus hijos/as para tener sus momentos de ocio y relax después de la jornada laboral o porque aún se mantiene la misma una vez han acabado su jornada escolar. 

 En definitiva, nuestra labor como futuros docentes es la de ejercer como bastión y seguir perpetuando a través de nuestro alumnado nuestra historia de juegos populares desde una perspectiva lúdica, sin olvidar que cada uno de ellos es un pedacito de nuestra historia y la de nuestros antepasados.

1 comentario:

  1. Hola Aitor!
    M'ha agradat molt com has plasmat les causes de per què els jocs tradicionals han anat desapareixent i com la tecnologia ha envaït els temps. Estic d'acord amb tu sobre la nostra labor com a docents, ja que jo he pogut viure les vesprades d'estiu jugant al carrer a infinitat de jocs i m'agradaria poder fer que el meu alumnat també les visquera.
    D'altra banda, la redacció em sembla clara i fluida. Per tot això, et pose un 9.

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